Los medios de comunicación y estilistas alaban a Bad Bunny por su estilo. Incluso la propia biblia de la moda, Vogue, dice que el puertorriqueño es un ícono y una muestra del futuro de la masculinidad.
“Él siempre hace suyo lo que usa”, escribió para uno de sus artículos de moda la editora Liana Satenstein, quien dijo que su estilo es “confiado y sexy” y lo alabó por pintarse las uñas.
Un texto de CNN explicó mejor la razón por la que el estilo de Bad Bunny es tan importante para esta nueva generación de latinoamericanos.
“Debido a que están enmarcados dentro de una tradición latinoamericana de masculinidad, donde a los hombres a menudo se les enseña desde una edad temprana a evitar cualquier cosa,
incluso ligeramente femenina, los riesgos de vestimenta de Bad Bunny son significativos, proporcionando expresiones alternativas de masculinidad, estilo e identidad latina”, indica el artículo.
Bad Bunny por la inclusión
Precisamente, la cultura latina es la cuna de la palabra machismo, que define los comportamientos de masculinidad tóxica.
Algunos ejemplos son la negativa de los hombres a usar tonos pasteles y a expresar sus sentimientos.
El hecho impensable de pintarse las uñas y la necesidad de siempre parecer fuertes y hacer culto a la violencia.
Los especialistas en moda aseguran que el mensaje de Bad Bunny es de diversidad e inclusión.
Mezcla el ‘bling bling’ del rapero con la ropa extravagante de los cantantes de música latina del pasado y los colores brillantes del pop.
Cuando Bad Bunny se convirtió en el primer hombre, aparte de Hugh Hefner, en aparecer solo en la portada de Playboy,
The Guardian alabó su capacidad de trasladar el sentir de quienes están descubriendo quiénes son bajo el paraguas del género fluido.
Su estilo en evolución no parece atado a ninguna tendencia, aunque ha sido lo suficientemente provocativo como para despertar mensajes homofóbicos en sus redes:
“Estás ayudando a los jóvenes a distorsionar sus mentes e ir en contra de lo que Dios ha creado “.
Sin embargo, el cantante sigue haciendo lo suyo. Junto a él, otras figuras como Harry Styles hacen lo que en su tiempo hicieron grandes como Prince y David Bowie: borrar la línea que divide lo masculino y lo femenino.