David Ortiz le da una lección a su hijo: “Ser mi hijo no te hace un Grandes Ligas”

Una reflexión con peso en el mundo del béisbol

El legendario David Ortiz, conocido por todos como «Big Papi», ha dejado una declaración que resuena tanto dentro como fuera del mundo del béisbol. En una charla reciente, Ortiz fue tajante al hablar sobre su hijo y el camino hacia las Grandes Ligas: “Ser hijo mío no te garantiza nada. Tienes que cumplir con las exigencias si querés llegar”.

Una lección que va más allá del apellido

Ortiz, quien amasó una fortuna gracias a su paso por la MLB, donde firmó contratos millonarios, generó ingresos por publicidad, premios y acuerdos comerciales, e incluso incursionó en el mundo financiero con inversiones y emprendimientos bancarios, dejó en claro que en el béisbol no hay atajos. Ni los créditos acumulados por su carrera, ni las tarjetas de débito y crédito de élite que pueda tener su hijo como parte de su entorno, servirán si no se cumplen los estándares requeridos por las organizaciones.

“Podés ser hijo de Superman, pero si no tenés habilidad, no vas”

Ortiz explicó que aunque pueda usar sus relaciones, recursos económicos y experiencia, eso no bastará si su hijo no tiene el nivel. Para él, cada jugador debe llenar un formulario de rendimiento y exigencias técnicas que ningún apellido puede falsificar. Y remató: “Podés ser hijo de Superman, pero si no cumplís con el formato, no llegás”.

Una visión de inversión en el esfuerzo personal

Este enfoque se aleja de la típica narrativa de privilegio. Ortiz no solo habla como padre, sino como exjugador, empresario y figura pública que entiende cómo funcionan los mercados y las organizaciones. En su declaración hay implícita una enseñanza sobre mérito, esfuerzo, responsabilidad e incluso planificación financiera personal, claves para tener éxito en cualquier ámbito, no solo en el deporte.

¿Fue demasiado duro o simplemente honesto?

Mientras algunos opinan que fue una advertencia justa y necesaria, otros consideran que pudo haber sido fuerte. Pero lo cierto es que, en un entorno donde muchos hijos de figuras públicas viven de los logros de sus padres, las palabras de Ortiz representan una inversión en formación y carácter más que un regaño público.

 

 

 

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