Juan Soto (camiseta 22 en Mets) no ha tardado en demostrar que cada dólar invertido en su fichaje podría valer oro. Desde el primer día del Spring Training con los New York Mets, el dominicano ha dejado claro su impacto tanto dentro como fuera del campo. Con un contrato récord de 765 millones de dólares por 15 años, su incorporación a la franquicia no solo representa una apuesta deportiva, sino también una importante inversión estratégica.
Durante su debut en la Liga de la Toronja, Soto fue protagonista inmediato en la victoria 6-2 sobre los Astros de Houston. En su primer turno al bate, conectó un jonrón solitario al jardín central izquierdo, levantando a los fanáticos de sus asientos. Pero más allá del terreno de juego, su debut rompió récords de audiencia: el periodista Anthony DiComo de MLB.com informó que el encuentro se convirtió en el juego de pretemporada más visto en la historia de SNY, con 18,902 espectadores sintonizando la transmisión.
Un fenómeno dentro y fuera del campo
El efecto mediático de Soto es comparable al que generó Shohei Ohtani en 2024, cuando su llegada a los Dodgers no solo impactó el rendimiento deportivo, sino también los ingresos comerciales. En el caso de los Mets, el fenómeno ya se está traduciendo en mayores ventas de gorras, camisetas deportivas y guantes de béisbol.
En lo financiero, la presencia de Soto fortalece las relaciones del club con su banco patrocinador y otras entidades interesadas en tarjetas exclusivas para fanáticos. También abre nuevas vías de crédito e impulso comercial, claves para una franquicia que apunta a posicionarse como una de las más valiosas de la MLB. La gerencia ya considera su llegada como una de las inversiones más acertadas en la historia reciente del béisbol.
Confianza, carisma y liderazgo
Tras su jonrón, Soto comentó entre risas que hasta su compañero Jesse Winker se mostró celoso del protagonismo, confirmando que su energía positiva ha contagiado al Clubhouse. Su compromiso con el equipo y conexión con los aficionados elevan su valor más allá de las estadísticas.
Con apenas 26 años y una experiencia de ocho temporadas en la MLB, Soto tiene todo para convertirse en el rostro de la franquicia de Queens. Su contrato, inicialmente cuestionado por su monto, podría terminar siendo una movida maestra del propietario Steve Cohen, quien apostó por talento, juventud y potencial comercial a largo plazo.
Si Juan Soto mantiene este nivel de rendimiento y sigue potenciando el valor financiero y mediático del equipo, los Mets no solo estarán más cerca de la postemporada, sino también de consolidarse como una de las organizaciones más rentables del deporte profesional.